La endodoncia, o tratamiento de conducto, consiste en la extracción del nervio de un diente, ya que éste se encuentra contaminado por bacterias que no pueden eliminarse por medio de otro tratamiento. La endodoncia es, sin duda, una inversión en salud y economía bucal.
En el mundo de la odontología, la preservación de los dientes naturales se erige como un principio fundamental frente a alternativas como la extracción dental y sustitución por implantes o puente. La endodoncia representa una opción crucial por su capacidad para salvar un diente comprometido.
La elección de tratamientos que aseguren la vitalidad de los dientes naturales cobra una importancia vital. Es por ello que los tratamientos preventivos (como las limpiezas dentales) o los de rescate del diente (como las obturaciones y las endodoncias) son esenciales en una odontología centrada en el mejor interés del paciente.
Importancia de la endodoncia
Con el fin de poder llevar a cabo la endodoncia de forma predecible, es necesario que existan dos requisitos:
1- La raíz del diente en cuestión debe ser viable.
2- La corona del diente debe tener suficiente estructura como para poder ser rehabilitada.
Es por esto que en cuanto se entrega un presupuesto de endodoncia éste debe constar de dos partes, como mínimo: una es el tratamiento del nervio, es decir, lo que se conoce como endodoncia; y otra, el tratamiento de la corona, que en función de su grado de destrucción se puede restaurar con una reconstrucción, una incrustación o una corona.
Será importante que el paciente acuda a un endodoncista con el fin de que le informe acerca de la viabilidad del tratamiento endodóntico.
Causas que conducen a este tratamiento
Caries dental: a medida que ésta avanza va destruyendo los tejidos dentales hasta que finalmente alcanza al nervio, es entonces cuando el paciente suele notar sensibilidad dental y debe realizarse la endodoncia.
Obturación antigua filtrada por bacterias: es común que con el tiempo la interfase entre un empaste y el diente se rompa debido a las fuerzas que se realizan al masticar. Cuando esto ocurre las bacterias penetran en el espacio que queda llegando a alcanzar el nervio si no se trata a tiempo.
Enfermedad periodontal: esta enfermedad provoca la pérdida del hueso que soporta al diente y, si no se trata, puede avanzar hasta el final de la raíz. En este punto, los dientes tienen un orificio y si las bacterias lo traspasan, entonces contaminarán el nervio.
Fractura dental: depende de su profundidad puede llegar a afectar al nervio y, por tanto, permitir su contaminación por bacterias.
Enfermedades propias del diente: como reabsorciones internas o externas.
La decisión de preservar un diente mediante endodoncia es una apuesta por la salud bucal a largo plazo, que permite mantener una sonrisa natural y sana.
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